Bitter Luna y el amor por las ausencias

Sacúdete lo de ayer Quémate las manos Sangra por el novolveré Transpira el deseo de otra vez será Grita desgarrando el nombre del que esperas Hazlo volar hasta ti en inversa Dale a los relojes contra la pared Enciende tu ropa que festejó con él Desatina en el presagio Maldice las distancias sin camino Dinamita el tiempo entre los cuandos Cortajea las manos del que te verá Tantea el cuerpo del que mientras Saliva la cara del destino incierto Baila hasta quebrarte con el bálsamo del jueves Revienta en partes cada punto de contacto No es que no quieras verlo Es que no verlo No es sino Un anticipo gratuito Del no volverás

Hablas de cantidad Cuando el ritmo se destiñe La cadencia se muestra piernas al aire Y el espacio queda en hilachas Hablas de calidad Cuando no alcanzan los tobillos Para articular la danza de la eternidad Que ambos sabemos, desafina Hablas de realidad Cuando el músculo grita sangre Los caminos irritan las mejillas Y el conductor declara huelga Hablas de hablar Palabras de tendones raídos Con sobrecarga de lluvia Que las rodillas de este corazón Contemplan afónicas De tanto anticipar Que nada dura Mas de lo que los corazones Soplen

Quiero, con un compás trazar un círculo donde ardan, algunas letras, mis testículos un avión y algún recuerdo. Pensar, amar, volar, quedar. Quiero, con un crayón teñir mis uñas para rasgarte azul púrpura, durazno y piel. Cielo, infierno, vivir, amar. Quiero, con un camión Pisar mis pies Para tener algún indicio de dolor, claro presagio, de un-día-no-estarás.

Hay reventones que te gritan entre la carne y el vecino de al lado Hay apretones que se alojan entre el cigarrillo a mitad de camino y mañana en la mañana Hay visitantes que apenas llegan te besan para siempre jamás Hay habitantes que estaban desde antes, y se fueron lavando con la lluvia de febrero Hay lujos que no se merecen, Es sólo que, no tengo dudas para tantas respuestas.

Cenizas de estos dedos Semillas de esos senos Sentidos de este tamaño Algunos sueños desgranados Un incierto pasado Un nosesipuedo amenazador Calambres en el cuero Zapatos de miedo Y, en las mañanas que se me regalan, apenas un té de algún recuerdo sin azúcar sin piel sin ti.

Que me quemen. Que las sirenas no sean de presagio sino de auxilio. Que cada nube se parta en gotas de acero. Que me internen en la lengua de los pájaros. Que no olvide el primer sabor temprano. Que nada sea suficiente. Y que, after all, la puerta sea amplia, Y el corazón crudo. No hay falla que rompa tanto (ni hay ansia que clave como espina indolora), No hay salida. Cuando el camino se retuerce en tu estómago. No hay espacio. Cuando el espacio es uno.