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Mostrando las entradas de diciembre, 2012

2436, AEP-UAQ

Un avión de culo La piel ceñida a la piel El jacket rojo que baja por el tobogan Y el diablo que asoma la lengua Algunas gorras Algunas garras Las tazas de café comprimido Dibujando un Babel pobretón De sala de espera y ojos malpagados Pecera de corazones arrugados Pecera de entusiasmos melancólicos Sala para velar codos gastados Luces destellantes que no dicen más que sus bocanadas de alerta Centenas de pies acomodados, sincrónicos, sintéticos El rito de quienes llevan la maleta con nudos Y los destinos con desenlaces El mito de que viajar es mejor Y de que callar es mejor que el mito La cruel imagen de los hierros y la sangre y el sol lamiéndose los pliegues Un par de edificios que olvidan Un par de olvidos que construyen torres Una bolsa de huesos que grita auxilio Una llamada con frituras Palabra tras palabra escondida Nunca llegar definitivamente Disolver el destino con cada vuelta de cuchara La piel ceñida a la piel Un avión de culo La noche que deja

La oruga y las alas

Temprano las orugas Se disfrazan de mariposas Con restos de los cuentos Que recolectaron de madrugada Son sus trajes un intento De escapar del sol violento Del rumor de la araña De salvarse de la nada Y de esconder su vientre matinal Lleno de hojas que en la noche Come y come desaforada Sin conciencia de salvarse De guardar De prometerse Un destino menos raso Menos tierra Menos mal Temprano una oruga Cuando se siente Poco hermosa Elige sigilosa Los guantes y el vestido No importa si le han mentido O si es verano, primavera Una oruga siempre espera Ser mariposa en la mañana Aun cuando el espejo Le escupa verdades en la frente Permanece indiferente Y se inventa Un par de alas

Marayes

que las rodillas te sangren y las plantas (fantasmas) te envuelvan que siete ángeles borravino te secreteen en el pecho cuentos de buen destino que los truenos de las culpas se arrastren de espalda entre las espinas de tus verdades y cuando cada amigo, desnudo de intereses camine la antesala lujosa de tu preludio indicales la puerta de entrada al infierno dulce ese donde los animales guardados se cocinan en caldos de solitarias ambiciones que los trajes que cuelgas en el gran ataúd de varias puertas de tu habitación, tan madera tu ataúd, se anuden los brazos si es que no van a tocar la mierda real y olvidada de este mundo que se quemen, que desaparezcan los osos hambrientos del calendario y que los sicarios, esos mismos de los osos mastiquen los talones raídos del que camina sólo para acercarse un poco más a su muerte que un futuro promisorio no sea castrado por el pasado prometido fuego con el futuro, fuego con el pasado que crezca en el camino el valor para ahorcar la parálisis de lo