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Mostrando las entradas de septiembre, 2013

Ya no hay General

Revuelvo Mentiras Atiza-memorias Me quito las tiras Ya no hay general Me leo en las noches Un cuento de gloria Mastico las piernas De suave alquitrán Invoco Demonios Que lustren los discos Llenos de canciones Para condenar Destino imperfecto Que apenas se anima Enciende un incienso Se hace rogar Resoplo Huracanes Y vienen en masa Vestidos de gala Para reventar Un par de nocturnas Vergüenzas caseras Batidas con sangre Y manos de amar Aúllo No vienes La noche y el té Se muerden las manos Para no besar La foto en la mesa O el vaso perdido Invoco Es en vano Ella no baja (ya) A jugar  

Consusdientes

En ese justo lugar Esa abismal hendidura Donde gotea el negro vino Las niñas tejen armaduras En ese justo lugar Esa curiosa estación De tan furioso recuerdo Donde el viento se marea Donde se filtran los pretextos Se relame el lobo solo Solo el cristal de su herida Su transparente costado Solo que solo él se mira Se reconoce acabado En ese justo lugar En la costa del olvido De las naves que han zarpado Ya no hay cantos ni corridos No quedaron ya más rastros De las manos de las niñas Las que tejen armaduras Ya sus pechos son de otros Ya su carne es más dura Se relame el lobo solo Cae la noche Y es oscura Cae la noche (con-sus-dientes) Es oscura (y-no-hay-valientes)

Tu-Yo

Buscar un corazón no es una tarea conveniente para un adulto o un colibrí, mucho menos para un ascensorista, caiga este en la categoría anterior que caiga / Es que buscar un corazón exige desempolvar un ático cargado de reverencias y cuadros simbólicos con fotos viejas de de sal o de mandarina, de miel también y algunas veces de estricnina / Buscar un corazón no es una aventura para usar traje y corbata o tailleur o faldas bajo las rodillas y perfume caro dado que garantiza un recuerdo poblado de lugares espumosos de poco corazón/ Buscar un corazón es como pasarle la lengua en los talones a las hadas que raspan, y cómo raspan cansadas de patear el culo de los aviadores borrachos cuando vuelven de sus serias incursiones por la libido de las nubes / Buscar un corazón es como abrazar a un bombero en medio del incendio y sacudirle las llamas sin manos e inclusive, sin palabras / Mucho más (mucho menos) cuando el corazón que buscas es el tuyo.  

Siete

La puerta en granos / cae / ella misma / y sus pequeños puños / como ladrillos de metal / de arcilla / de barro y costillas / como café hirviendo / en el ombligo y se abre / la puerta / el ombligo / y canta una, dos, siete, canciones / abierta / la puerta / canciones abiertas / con la piel ajada / de esperar / la voz raspada de gritar / en silencio / porque un día se te da / ocurre / explota / y vos estás con las piernas cerradas / el cinto ajustado / la muerte en los bolsillos / y la vida / más que nunca hoy / ahora / en estos tiempos / tiene / perfume / a me voy a quedar.