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Mostrando las entradas de febrero, 2012

Locos y pocos

bombas en la cercanía caen de espalda y hacen pelota el corazón pelota la razón pelota restos de ellas se hunden profundamente   lastiman queman cocinan sueños pequeños noches de aire suerte   de ojos que serpentean entre esquirlas que gritan y gritan sangre eran pocos   los soldados pocos y estaban todos locos locos algunos de esos soldados encontré en tu cartera y siguen locos pocos pero locos locos y con esquirlas que gritan sangre y hacen pelota todo lo que   pelota parece cuida a esos soldados de tu loca poca pero loca razón

Elo

La amenaza de otoño tiene, en las vísperas de su abrazo siestero, música de violines o cantos de sirena y sueños de gigantes dormidos, flojos, con la mejilla sobre el pasto verdeamarillonaranja. El otoño  trae a menudo novias desahuciadas, llantos de escarabajos sin la libertad de Kafka reflejos entumecidos, alguna boleta de luz de los ojos de la niña atrasada por meses y muchas, muchas, desesperadamente muchas, hojas crujientes para hacer el amor, sobre ellas. Lo que el otoño no trae es sangre para dar en / sangre para pedir cuando /  sangre para brindar si / la despedida de un verano cobarde entre las agujas de tejer del tiempo es sin serpentinas ni cristales ni vino fresco ni siquiera un mínimo hola-adiós de textura carne entre los dientes.

Aprender a Caminar

apenas tus pies conozcan  de tierra de tardes o noches, de patchouli de incienso y/o, ante la primer señal, de sonrisas cocidas en guisos guisados al calor de cuentos, bravos, heroicos, de soldados de vereda, guardianes de dinteles lácteos/ ni bien eso ocurra, los pies primero, el izquierdo y el resto después, entenderán que la infancia es un estado de sublime sensibilidad del alma, y que, aprender a correr será lo mejor para escapar del engaño mortal del que empiezas a formar parte cuando cae en tu mano la primer carta de amor/

Patadas en la siesta

fuerte seco el golpe y la nariz la membrana delgada del corazón y sus razones duermen la siesta de los temores a lo que pudo ser peor la distancia entre el sexo y las manos y las preguntas a medianoche donde el perfume a todo ocurre y de nada eres dueño puebla la cocina el mp3 y el perro escudriñando la calle como dibujando un fantasma a quien reclamarle algunos huesos faltantes quizás una perra marrón claro de orejas cálidas y silencio austero una propiedad en desuso sin vecinas ni porteros ni notas apuradas en diarios personales con bordes plásticos y candados violables nubes en los techos y ríos de ausencia en los marcos tardes donde a la gordura de las fotos les sobra espacio en los flacos bolsillos de nuestra independencia

Luisa y la arena

La cara de Luisa en la arena sus mejillas la tierra en su tierra sus orificios con silicio su pera empujando al mundo. Las manos de Luisa en la arena sus uñas evitando caracoles y cangrejos minúsculos porvenires sus yemas y las esperanzas de sus yemas. Los pechos de Luisa la puerta del corazón en la arena vigilantes del viento hundidos el refugio de los cuentos sus pechos y las costillas de sentir cosquillas. El ombligo de Luisa en la arena y el policía del sur atorado en su guarida guijarros interplanetarios lo suave de su canto el rumbo y la canción la cuenca del diablo   pelusa de Dios. La cara de Luisa su gesto indefenso el grito de auxilio mudo en las cuencas ángeles en los oídos no famous last words la espuma entre dientes gaviotas en las mañanas en las tardes en las noches gaviotas que la llevan como piezas de dominó como granos de café como semillas de lino. Luisa murió cuando el mediodía de ayer sorteaba destinos. Al reinado del sol vertical y pulpo.   Entonces la arena pie

I like los viernes

I like la manera en que desapareces entre las moras y las uvas los lunes entre las nubes y la lluvia los martes entre duendes y ogros los miércoles entre astronautas y estatuas los jueves y ya no los viernes por que ni siquiera vienes a cantar adagios con tu voz de licor de piedra de tiempo/ I like la manera en que desapareces especialmente -or especially- cuando desaparecer es el producto de la imaginación de los pájaros que, al revés de tu destino aparecen para anunciar tu ausencia en particular los viernes que no vienes como ya sabemos quienes los viernes ya no te esperamos/ Pero lo que más I like es cuando sacudes el pelo pero no las mañas aún sin venir por que los viernes que no vienes te reflejas en los sueños que de esas sacudidas escaparon y cobijan particularmente -and especially- las ansias de madera de cartón de fuego/ I like entonces -como puedes deducir- los viernes. Esos en donde la certeza es que no vendrás, lo que no es lo mismo que desaparecer/ I like que no venga