Sospecho que las manos son destinos Tanto como las tardes Y los jardines Y las páginas impares de los libros Son parajes y elegías Llevan cuentos húmedos, sin cáscara Tienen el temblor de la ausencia El color de una herencia Son, de frente, una máscara Y de lado un escudo Empuñan flores y acarician armas Enredan y desatan nudos Atraviesan corazones Es que sin manos no hay Verdaderas revoluciones Con las manos aliviano tu peso sobre mí Y empujo tu cadera al encuentro Con las manos, a veces, me adentro Y salen animales y ángeles a morderme Y con ellas mismas me tengo, te suelto, me vengo, te siento Grito, con las manos, grito que me muero Limito con las manos Despierto y me esperan No saben si están solas, se apocan, desesperan Las manos guardan el viento Que duerme en las veredas Tienen la cría, guardan la feria Estrangulan domingos, secretos de sueño Y aunque a veces parezca Que de ellas somos dueños Las manos son del que las maneja Desde afuera