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Mostrando las entradas de mayo, 2012

Instrucciones para comenzar algo

Comenzar algo es nacer voluntariamente en un mínimo espacio impredecible, caótico rodeado de agoreros, magos de segunda, cabros mal acomodados aprendices de enfermeros, aves con panza de arena montañas de residuos nucleares y lluvias de mercurio pronosticadas paisajes con fotos sepia de los que debiesen estar pilas de fotos a color de los que quieren estar y un par de bolsillos con las monedas mendigadas a los que finalmente se suben Comenzar algo es evolucionar con apenas el intento patear los techos, empujar los bordes baldear la conciencia con cianuro, morderle el repulgue a la rutina hacer una fogata con los lápices impostores que escriben en los diarios empujarle un dedo en el ojo a la bondad automática y el buen gusto de etiqueta subir a un colectivo por la puerta trasera y encontrarse un puñado de buenos amigos que serán compañeros si se cocinan en el caldo común que cada uno destila Comenzar algo es no saber cómo terminar si el cielo es destino sólo de santos  o ángeles de

Guardate

vete lejos lentamente lejos de los insignes lugares donde quemamos hojas y descalzamos siestas no vuelvas en la mañana hoy no hay mañanas dulces y zapatos líquidos y huesos rotos contra  las paredes del silencio guarda todo en cajones del alma inconexos y eternos compañeros de vegetales viajes sin razón ni documentos no llegaron aún las pruebas con sangre pero las cartas cuelgan de los cables y rezan una esperanzada calma guardate sol como luces a tiempo  

Dame un minuto

Dame un minuto, corramos al silencio desnudos de cualquier inquietud más estremecedora que la muerte de nosotros, en apenas unas horas. Eso es amor. Dame un minuto, seamos silencio desnudos de energías, más calmos, que la vida se hace materia en este preciso momento. Eso es utopía.

Tengo un silbato

Tengo un silbato para jugar al policía en las esquinas donde corre el agua y no vuelve donde corre el tiempo y se consume donde corren las palabras y las velas queman los sueños de los niños de los ancianos los enanos y los payasos Tengo un silbato para frenar las motos que atropellan dulces panoramas gentiles sueños utopías doradas al carbón de caminatas comunes manos de adobe comunes en corazones de madera especiales un silbato para frenar los aviones que aterrizan en el pasto verde de espera verde de afecto verde de viento verde silencio Tengo un silbato en el bolsillo atento al trueno al golpe al pero al velo tengo un silbato y juego a que sueño que el sueño no tiene fin

Manifiesto de distancia del éxito

en mis sueños de conquista hay batallas que he perdido entre otras no libradas y por éstas es que pido un vaso de agua, una armadura que los ángeles caídos ya no mueren cuando hay frío apenas guardan sus embates en papeles, entre líneas duermen calmos sus antojos y a medianoche y en penumbras con las manos de combate se dan palmadas en los ojos en la razón en el hambre en el corazón en el reloj de contar hasta tres mañanas continuas seguidas consecutivas sol

Bajo cuero

tienes el blanco del pasado innombrable las tejas luminosas del hace un rato el torso harina en un expresivo campo de luces raspadas memorias bajo cuero tienes vegetales en los miedos y princesas en los bares tienes vuelos semanales con licores en las alas tienes perros con bozales que insisten en cuidarte y el combate en la esquina con palabras como balas tienes cuerdas con recuerdos es por eso que aún cantas

Funerales sucesivos

El gato yace entre sus mismos restos mientras lo matan y matan una, otra y otra vez. Dónde irán los espíritus o apenas alientos de las segundas muertes y los vapores blanquecinos de las muertes sucesivas. Cuántas veces muere un gato de ruta cuántos caminos soporta sobre el lomo destinos vagos que estropean sus huesos en hilos migajas de corazón. Segundas muertes nunca fueron buenas si en la primera perdiste toda esperanza de vida. (Morir muchas veces es un gran escape cuando se es gato o vidas se tienen siete o amanece y el cielo no llega a tiempo)

Matas la cría

Asomas entre todas asomas y dueles entre días mueles las mieles. Asomas  entre ellas mueves aromas  canciones y huyes. Asomas tarde  austera con jugo  en la boca mullida entrepiel matas la cría por quedarte con él.

Tenderte

Tenderte sobre los trapos de la siesta y el cielo cayendo en puntas de fuego sin mañana. El silencio absoluto de boca seca y el color de las mejillas perfume ansiedad espalda vapor molino que rompe las semillas del alma. Pechos y uvas cintura brava (sobre los trapos de la siesta) las manos cambian la mentira gamela por tus piernas verdad.