Comenzar algo es nacer voluntariamente en un mínimo espacio impredecible, caótico rodeado de agoreros, magos de segunda, cabros mal acomodados aprendices de enfermeros, aves con panza de arena montañas de residuos nucleares y lluvias de mercurio pronosticadas paisajes con fotos sepia de los que debiesen estar pilas de fotos a color de los que quieren estar y un par de bolsillos con las monedas mendigadas a los que finalmente se suben Comenzar algo es evolucionar con apenas el intento patear los techos, empujar los bordes baldear la conciencia con cianuro, morderle el repulgue a la rutina hacer una fogata con los lápices impostores que escriben en los diarios empujarle un dedo en el ojo a la bondad automática y el buen gusto de etiqueta subir a un colectivo por la puerta trasera y encontrarse un puñado de buenos amigos que serán compañeros si se cocinan en el caldo común que cada uno destila Comenzar algo es no saber cómo terminar si el cielo es destino sólo de santos o ángeles de
/ Un elefante ocupa mucho espacio /